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Instante de entrega del obsequio
al mandatario jamaiquino.
(Presidencia)
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Es hora de que las instituciones tomen cartas en el asunto de las falsificaciones
ALFONSO QUIÑONES
Fuente, Diario Libre
SANTO DOMINGO. Desde hace años se viene hablando de la cantidad de falsificaciones de obras de arte que pululan en el país. Obras que en algunos casos son vendidas a coleccionistas de arte extranjeros que son timados. Y no existe quién le ponga el cascabel al gato. Incluso existen instituciones con colecciones de arte en sus fondos, que podrían incluir obras de dudoso valor o legalidad.
La nueva víctima de esta penosa práctica habría sido nada más y nada menos que el Presidente Danilo Medina, quien con motivo de su visita oficial de Estado a la vecina isla de Jamaica, tuvo la excelente idea de obsequiar al mandatario de esa isla, Andrew Holness, una obra de arte supuestamente firmada por el fenecido maestro Guillo Pérez. ¡Y ojalá que siempre los presidentes regalen obras de arte! Entre otras cosas es un indicativo de la comprensión profunda del hecho cultural y de su utilidad en las relaciones internacionales. El arte acerca.
Pero, al día siguiente comenzaron tibiamente las sospechas de que algo no estaba bien del todo. En un chat donde participan galeristas, curadores y algunos artistas, se comenzó a hablar del tema. Y fue justamente la viuda del maestro Guillo Pérez, doña Amalia Linares, quien dijo categóricamente en ese chat que esa obra era falsa. Así lo afirmaron a DL tanto Juan Carlos Mesa como Omar Molina, ambos participantes del chat.
El Presidente apoya el arte
Mesa, reconocido galerista y promotor del arte dominicano expresó: “Yo puedo dar garantías que si el presidente de la República Dominicana, Danilo Medina ha obsequiado una obra de arte de un artista dominicano, es porque se siente orgulloso de nuestro arte, y porque él tiene interés, en que el mundo ponga la atención en nuestros artistas, sobre todo cuando este hecho ocurre mientras se lleva a cabo un foro de mercado regional caribeño”.
Y agregó: “Ahora corresponderá hacer las investigaciones de lugar en ese sentido y someter a la acción de la justicia para que caiga todo el peso de la ley sobre los autores de ese repudiable hecho”.
“Lo lamentable -dijo- es que existan personas traficando arte de origen dudoso a diestra y siniestra en el país sin un régimen de consecuencias”.
El historiador, abogado y experto en derechos de autor, Edwin Espinal, recordó que la Ley 41-00 establece que el Ministerio de Cultura es asesor del gobierno en materia cultural.
Enfrentar las falsificaciones
“Este caso puede ser un pie de amigo para que el Ministerio Público y las instituciones culturales enfrenten la falsificación de obras de arte”.
El artista Omar Molina, nieto del extinto maestro Ramón Oviedo, uno e los más falsificados expresó a DL: “Lo que hay es que ver quién suministró esa obra para tales fines. Cómo llegó. Porque imagino que el Presidente debe tener un margen de error de casi cero para esas cosas. No creo que debería haber tan garrafal desconocimiento para que una obra falsa llegue al primer mandatario de la nación. Eso es muy delicado porque afecta tanto al país en temas culturales, de credibilidad, así como a la obra del artista. Hay que saber el canal, la vía, cómo llegó quién lo suministró y cuánto se pagó por esa obra”.
Por su parte la directora del Museo de Arte Moderno, María Elena Ditrén, negó que la institución que dirige tuviese nada que ver con el asunto. “No, a nosotros no se nos consultó. No es el protocolo a seguir en estos casos. Lo ideal sería consultar mañana en el Ministerio”, aseguró.
Si bien se intentó contactar tanto con la viuda del maestro Guillo Pérez, como al despacho del ministro de Cultura, y fue imposible, lo importante son las respuestas a estas preguntas. ¿Engañaron al Presidente? ¿Y quién engañó al Presidente?
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