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lunes, 15 de octubre de 2018

Tareas y ¡TAREAS!

Por Miguel Cruz Suárez

Existen palabras en nuestro idioma que adquieren un significado mucho mayor que aquel que el diccionario les asigna. Cuando a cualquiera le mencionan la ¨Tarea¨ lo primero que le viene a la mente es la imagen de múltiples maestros y profesores que a lo largo de la vida estudiantil hicieron, de esa palabrita, un ritual a veces angustioso; a veces insignificante; otras, aterrador.
Había días terribles en que coincidían las tareas más complicadas en todas las asignaturas y eso te garantizaba una noche agotadora, un cansancio atroz en la mano de escribir y el sacrificio de otras opciones que en ese horario eran prohibidas por la jefatura familiar, empeñada en garantizar el buen rendimiento docente de sus muchachos. En numerosas ocasiones los trabajos mejor redactados y que más esfuerzo habían motivado, no eran revisados al día siguiente, porque el docente de esa asignatura no vino a clases a causa de la gripe.

En conclusión, que la tarea escolar era una ruleta rusa y el día que por alguna causa no la terminabas, era casi seguro que te mandaran a leer tu trabajo, como obra de una coincidencia asombrosa. Al respecto debe recordarse que no existía entonces el popular ¨corta y pega de internet¨ y había que meterle el coco a la materia y fajarse con los libros de texto de tú a tú. Sacar recortes de la Revista Bohemia, del Periódico o de la literatura soviética muy en boga.
Ya en la vida laboral la cuestión te sigue acompañando y a cada rato te mandan a cumplir determinadas ¡TAREAS! de esas que en verdad les zumba el mango. He conocido compañeros atormentados por la misión de tener que despedir el duelo de alguien que en vida fue menos notable que el canto de un grillo, pero la compungida familia y sus compañeros de trabajo esperan que se digan del occiso muchas e increíbles cualidades y el discursante tiene que inventar méritos y hazañas que, de haber sido reales, le habrían significado al difunto el premio Nobel o la edificación de una estatua en su honor.
Cuando se murió Belisario ¨Resplandor¨ que siempre fue lustrador de calzados y asiduo cliente del Bar ¨LA CAPILLA¨ (especializado en bautizo de rones) le sonaron un discurso grandilocuente a tal extremo, que uno de sus amigos de copas y parrandas, presente en su homenaje póstumo con notable estado de embriaguez, no se pudo contener y exclamó: ¡COÑO, ME EQUIVOQUÉ DE ENTIERRO, ESE DE LA CAJA NO PUEDE SER RESPLANDOR!
Arturo, el Master en Educación Artística, se tuvo que enfrentar a la increíble ¡TAREA! de fungir como tutor – defensor, de una ponencia que escribió Alain ¨Ruido Siniestro¨ el líder de la banda de Reguetón municipal, nada menos que para presentar dicho trabajo en un simposio de alcance provincial. La investigación, titulada ¨El PUM PUM del Miocardio y sus beneficios¨ aspiraba a demostrar la influencia benigna que esa música tenía en el ritmo cardiaco de los ocambos, pretendiendo que la demostración práctica de la teoría se implementara en el Hogar de Ancianos de la localidad.
Recuerdo otra ¨tareita¨ que recibió Mayito La Curva , chofer a quien su jefe encomendó recoger en el Aeropuerto a una joven con quien sostenía un romance oculto y llevarla hasta la casa de un pariente donde tendrían la cita secreta, rogando al tal Mayito que por favor solo se limitara a trasladarle en clave la confirmación de que la novia ya estaba en el lugar pactado, cambiando el nombre de la mujer por la palabra “encargo” a través de la planta de radio intercomunicadora que funcionaba en los vehículos y oficinas de su Empresa. El hombre al timón cumplió la tarea y todo marchaba bien hasta que entabló el siguiente dialogo con la oficina del jefe: AQUÍ MAYITO PARA JEFE, CAMBIO…. AQUÍ MAYITO PARA JEFE, CAMBIO y el otro respondió algo nervioso a sabiendas de que decenas de personas escuchaban sus voces: ADELANTE MAYITO…ADELANTE, se hizo un silencio breve y luego la bomba: JEFE LA TAREA HA SIDO CUMPLIDA, RECOGÍ EL “ENCARGO” EN EL LUGAR PACTADO, TODO BIEN, ESTÁ FELIZ, YA SE ESTÁ BAÑANDO EN CASA DE MENELAO.

El autor es cubano, colaborador de los periódicos Granma y Juventud Rebelde.

La Bicicleta

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