José Manuel Castillo, director Noticias A Tiempo. Whatsapp: 8098160105, josemlct11@hotmail.com. Santiago, República Dominicana.

lunes, 29 de agosto de 2016

¿Qué le falta a la Revolución Educativa del presidente Medina?

(Segunda Parte)

Bladimir Grullón
Especial/Noticias A Tiempo.Net
E-mail: josemlct11@hotmail.com

En un escrito anterior, reconocíamos la gran inversión económica que se ha estado haciendo en la educación pública, por parte del Gobierno Central en el último mandato, al tiempo que señalábamos que aún así persisten algunos elementos que podrían hacer fracasar esta importante iniciativa que ha recibido el nombre de Revolución Educativa.

El primer elemento que planteamos es tan evidente que solo hay que ir al terreno y constatarlo: Los niños de nuestras escuelas públicas, en sus primeros años de escolaridad, por lo general, lejos de adquirir las competencias más básicas de lecto-escritura y aritmética, lo que adquieren es frustración y repulsión por la escuela, lo cual queda claramente demostrado en las mediciones que se aplican, y si no estamos convencidos podemos comprobarlo por nosotros mismos.

Ahora bien, lo que pretendemos no es hacer críticas sin proponer soluciones, lo cual nos mantendría en el mismo círculo vicioso en el que hemos estado por tantos años, por lo cual voy a atreverme a plantear acciones concretas en torno a este primer tópico, y ojalá que las nuevas autoridades educativas puedan tomar medidas y levantar de una vez y por todas la moral del sector educación en nuestro país.

Si queremos tener una educación de calidad, es preciso poner atención a los primeros tres años de escolaridad de nuestros niños de manera muy especial. Se tiene que reducir de manera drástica el número de alumnos por aula en esos grados, y se debe hacer un seguimiento especial para constatar de forma continua cómo se va avanzando en alcanzar las metas de esos niveles. Pero por supuesto, los profesores de esos grados deben transmitir un gran entusiasmo, para lo cual deben sentirse motivados.

¿Por qué debemos reducir el número de alumnos en los primeros grados? Hay estudios que demuestran que los niños de familias menos favorecidas experimentan grandes avances cuando logran tener una atención más personalizada del maestro, lo cual no puede lograrse con 30, 40 y hasta 50 alumnos, además de que la cantidad de interacciones con el maestro es mayor cuanto menor es el número de alumnos.

Algunos de los institutos de idiomas más exitosos en nuestro país no permiten un número mayor a 15 alumnos por clase, sin embargo la enseñanza de idiomas en otras instituciones, incluyendo a nuestras escuelas públicas y hasta instituciones de educación superior, con numerosos alumnos, tienden por lo general al fracaso en el intento de que se aprenda a hablar el idioma, sin afirmar que este sea el único motivo.

Sin embargo, planteo la reducción de la cantidad alumnos solo en estos primeros grados, debido a que estoy consciente de que no estamos en Finlandia ni en otros países de Europa que pueden darse el lujo de tener una baja matrícula a nivel general. Pero tenemos que comprender que no estamos tampoco en Japón o Corea del Sur, donde la disciplina es tal que un aula con 35 estudiantes tiene mejor rendimiento que otra con la mitad de alumnos en otros países.

¿Por qué planteamos un seguimiento especial en esos grados? Obviamente los alumnos de esos grados son como diamantes en bruto, son lo más valioso con que contamos en el sistema educativo, pero así como el diamante se puede dañar en el proceso de pulido, en manos inexpertas, si nuestros niños no tienen la atención adecuada en esa etapa de desarrollo, podría no haber remedio nunca más para volver a hacer que brillen como debieron hacerlo. Además, en nuestro diseño curricular ¿No se afirma que la evaluación es un proceso permanente? Pues no debemos esperar a que los alumnos lleguen al último grado de la educación primaria para ver si el proceso ha ido bien.

Finalizaré esta entrega afirmando que muchos de nuestros alumnos de educación secundaria odian la escuela y odian estudiar, lo cual no es una exageración, porque sus primeros años de escolaridad se desenvolvieron en un aula llena de problemas, con un maestro lleno de problemas y para colmo sus familias también, llenas de problemas, les reprochaban cuando no alcanzaban las calificaciones deseadas.

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