José Manuel Castillo, director Noticias A Tiempo. Whatsapp: 8098160105, josemlct11@hotmail.com. Santiago, República Dominicana.

miércoles, 24 de junio de 2015

La Gloria de Cienfuegos: Treinta años entre cloaca y aguas residuales

A este lugar los políticos solo 
van en tiempo de campaña electoral.       
Por más de treinta años sufriendo, la comunidad de La Gloria del barrio de Cienfuegos, continúa en espera de una solución al estancamiento de las aguas residuales y cloacales.

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Santiago de los Caballeros, República Dominicana.-Sus moradores han venido agotando una serie de recursos, en busca de que las autoridades respondan a este mal de manera inmediata, sin haber recibido alguna respuesta; excepto, el allante de que van a trabajar, pero solo son amagos; que en muchas ocasiones lo dejan peor.
El pastor Pablo Ureña durante 
una protesta. Archivo. 
El nivel de contaminación que estas aguas producen ha provocado varias enfermedades en los moradores de este sector, al convertirse las aguas negras en reservorio de mosquitos que producen la Chicungunya, Dengue, enfermedades respiratorias y de la piel Leptopirosis, entre otras.

A esto se suma un hedor nauseabundo y el desborde de los baños, lo que intensifica el estado de desesperación en que viven estas familias.

El llamado es para el Ayuntamiento, CORAASAN, Salud Pública y Medio Ambiente para que en lo inmediato intervengan esta comunidad.

El presidente de la Junta de vecinos Israel Valdez dijo que ya están cansados de promesas, pues este problema es conocido por todos los funcionarios de Santiago, pero todo sigue igual o peor.

De su lado el pastor Pablo Ureña, director del Programa Niños con una Esperanza manifestó que el ver cómo viven estas personas es penoso, ya que esas condiciones no son para que habiten seres humanos y al escuchar los testimonios de que en esos peligrosos lagos que se forman con las lluvias han caído 5 niños, los cuales se han visto al borde de la muerte, hace que sea urgente la intervención de las autoridades.

Indicó además que el mostrarse indiferente al sufrimiento de estas personas es un pecado grave delante de Dios, por lo que espera que la sensatez de las autoridades competentes los lleve a encarar este problema de manera urgente. Puntualizó.

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