Como lo Pienso lo Digo: La exposición fotográfica de Máximo, Edito y José Manuel (+ Fotos)

Juan Isidro Inoa

ji2013@hotmail.com

Especial/Noticias A Tiempo.Net

Tuve la oportunidad de asistir a la apertura de la exposición fotográfica “Huellas Turísticas” presentada por Máximo Laureano, Edito Díaz y José Manuel Castillo en Casa de Arte. El primero y el último dos grandes amigos míos y segundo lo conocí en el evento.

El que sea amigo de Máximo y José Manuel no puedes ser motivo de autocensura y no decir lo que pienso.

Lo primero es que siendo José Manuel y Máximo dos radicales del cumplimiento y que se “encojonan” cuando el otro llega tarde, me vi conminado a llegar a tiempo y al llegar encontré a José Manuel y a Edito en la puerta dando la bienvenida. Pero Máximo –ese que vive acabando con to’ el mundo en Acento- no estaba, llegó 47 minutos más tarde.

Aunque quiso justificar su tardanza a los trabajos del montaje, eso debe hacerlo comprender que a otros también se le puede pasar el tiempo en lo mismo. Sólo lo critico. No justifico tardanza.

Pero peor aún, cuando llega lo hace a la manera de su sueño de adolescente. Cuando soñaba ser un gran bachatero y al llegar en su tronco móvil se apresuró, dejó el carro en el medio de la calle con los hijos y esposa y salió como en los Grammy, levantando la mano, con la camisa abotonada a medio pecho con un cordón con la imagen del Che colgando del cuello y la greña al aire. Esperaba que los invitados se volcaran sobre él pero al final tuvo que ir hacia donde ellos, y José Manuel que vio que se olvidó del carro y los muchachos acudió como “Valet Parking” a estacionar el vehículo y socorrer a los “mocosos”.

Luego la calma le llego y dio apertura a la exposición. Una exposición a costa y costos del profesor Esteban Rosarios, quien para hacer más ameno los viajes, se los llevaba en sus rutas turísticas con el compromiso de que ellos asintieran todo lo que en el camino él decía y se rieran de sus chistes aun fueran malos. Condición que supongo cumplieron a cabalidad.

Tras develar las fotos, no vi nada diferentes en ellas. Son fotos normales. Enmarcadas en paspatú, con dimensiones 14×17 pulgadas.

Aunque las fotos son iguales a las demás, las imágenes y momentos de ellas las hacen diferentes. Son fotos que vemos a diario, pero que la prisa del trabajo y la búsqueda del “moro” no nos dejan detener a observarlas. Ahí sí lo observamos.

Estas imágenes adquieren mayor dimensión cuando sabemos que esas tomas no fueron hechas para exponer sino por admiración de un momento, impresión de un paisaje o por curiosidad.

Vi fotos tomadas hasta desde el mismo vehículo por sobre el cristal. Con cámara no profesionales lo que confirma que la cámara no hace el fotógrafo, sino todo lo contrario.

Vi un salami frito con “totones” y huevos “sancochao” de Edito, que los vemos en cada esquina pero al verlos hacemos como Ricardo Flete, le vamos encima y nos los tiramos en la boca. Edito tuvo la paciencia de primero tomar la foto y después comer. Y ahí la tenemos para llenarnos la boca de agua cuando la vemos.

Vi la foto “Sal, Sol y Sombra” de Máximo, tomada en Montecristi. Donde todos fotografían el Morro, y él se distrajo en esos tres elementos que junto a las preciosas rocas presentan un Montecristi más turístico y acogedor.

Vi las salineras de Montecristi y sus obreros con casi un siglo encima. Lugar del primer trabajo de José Manuel, antes de salir a la ciudad para ver un bombillo por primera vez, y la leche “Pura” que sale de la teta de una vaca a fuerza de las manos de un ordeñador.

Pero de Santiago sólo el salami y los fritos. Pero por suerte que de Santiago está sólo eso porque temía que pusieran las fotos de los basureros que ellos tomaban y ensuciaron todas las redes sociales con ellas.

La exposición estará hasta el 21 de este mes de septiembre y ahora es bueno ir a verla en cualquier momento porque ya no hay que esperar a Máximo.