José Manuel Castillo, director Noticias A Tiempo. Whatsapp: 8098160105, josemlct11@hotmail.com. Santiago, República Dominicana.

lunes, 25 de junio de 2012

Familias de Jordy Veras y Guillermo Moncada se sienten burladas por la justicia

Jordy Veras

El abogado Luis Scheker afirma que si estos problemas ocurren con dos familias importantes, habría que pensar las dificultades y obstáculos que atraviesan quienes no tienen recursos ni reconocimiento social

SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Hace dos años que el joven abogado y comentarista Jordy Veras, hijo del también abogado y hombre público Ramón Antonio Veras (Negro) estuvo a punto de ser asesinado en un atentado, en la ciudad de Santiago.

En otro hecho de violencia, el 5 de noviembre de 2011, fue muerto en el estacionamiento de un edificio de apartamentos del Distrito Nacional el empresario Guillermo Moncada, a causa de los disparos que le hizo Ramón Emilio González Álvarez, en una tragedia que conmocionó a las familias del condominio.

Ha pasado el tiempo, y tanto la familia de Guillermo Moncada como la de Jordy Veras esperan por los resultados de dos procesos judiciales que se han tornado lentos y dolorosos, según un reportaje que presentó este sábado Nuria Piera, en su programa Nuria-Investigación periodística.

“Cuando un ser querido muere o está en riesgo, el dolor y la impotencia penetra en lo más profundo del corazón. Ese recuerdo nos persigue de por vida, y lo único que nos puede dar paz es que se haga justicia. Pero no siempre ocurre así. A la traumática experiencia, se suma un proceso que eterniza el sufrimiento por la lentitud e ineficiencia del sistema judicial”, expresó Nuria Piera.

Indicó que esto ha ocurrido con los casos del intento de asesinato contra Jordy Veras y la muerte del empresario Guillermo Moncada.

“Ambos expedientes están en un letargo judicial; un verdadero estancamiento, ya que ni siquiera han podido superar la audiencia preliminar por obstrucciones de la defensa de los inculpados”, precisó.

Señala que han transcurrido dos años del inicio de la incansable lucha del veterano abogado Negro Veras y su familia, desde que el 2 de junio de 2010 su hijo Jordy fue victima de un atentado en el parqueo del canal 25, en Santiago, cuando se disponía a hacer el programa Mañana Boreal.

Su padre, Negro Veras, todavía no se repone del dolor que le ocasionó el hecho de estar a punto de perder a su hijo:

“La tentativa de asesinato en contra de Jordy modificó totalmente mi vida, porque yo siempre he estado preparado, desde los 12 años y ya tengo 73 años, para recibir todas las acciones en mi contra, pero no contra mis hijos”.

La familia Veras tuvo que poner todo su empeño y destinar todos los recursos disponibles para que Jordy no muriera, y posteriormente recabar todas las pruebas en contra del que sería el principal sospechoso, el empresario farmacéutico Adriano Román, quien fue condenado a 20 años de prisión en la cárcel de Rafey por intentar asesinar a su ex esposa Miguelina Llaverías. Jordy Veras fue el abogado de la señora Llaverías, hecho que presumiblemente habría motivado a Román a contratar sicarios para eliminar al hijo de Negro Veras.


“Ambos expedientes están en un letargo judicial; un verdadero estancamiento, ya que ni siquiera han podido superar la audiencia preliminar por obstrucciones de la defensa de los inculpados”

“¿El motivo? Por Jordy defender dignamente y responsablemente a Miguelina Llaverías”, expresa Negro Veras

Por las evidencias recogidas hasta el momento, Román habría convenido pagar un millón 500 mil pesos a quienes matarían a Jordy Veras, quien estuvo llevando el caso de la señora Llaverías desde el año 2005 hasta lograr la condena del empresario y sus cómplices en 2008.

Según el abogado Luis Scheker, la cárcel no le ha dado reposo a la maldad del empresario Román; quien ha buscado la forma de herir, maltratar o eliminar físicamente.

Además de Román -quien desde 1975 fue acusado de secuestro, violación de menores, agresión física e intento de asesinato-, otros seis acusados forman parte del expediente: Franklyn Reynoso, los hermanos Engels y Francisco Carela, Roberto Zabala, Candy Caminero y Arturo Ferreras.

Según el expediente, Candy Caminero fue quien realizó los disparos, y José Ferreras fungió como chofer. De igual manera, el Ministerio Público recaudó pruebas en contra de los demás imputados quienes ayudaron a planificar el atentado…

“Yo vivo con mucha preocupación (llora y se le corta la voz) por mis hijos, que apenas tienen edad para comprender lo que pasó, la vida de mi esposa y la de mi padre, la salud de mi padre”, expresa compungido Jordy Veras.

El joven abogado recuerda con indignación el día en que creyó que perdería la vida. A su dolor emocional se suma otro obstáculo: el caso está inmerso en un limbo jurídico.

“Hoy tenemos que sufrir más de doce reenvíos, posposiciones de las audiencias, como en busca de burlar al sistema judicial. Todavía el expediente está en la fase de instrucción, ni siquiera se ha conocido la audiencia preliminar para iniciar el juicio de fondo. El 98 por ciento de las ocasiones que el expediente del caso de mi hijo ha sido reenviado son por argumentos y propuestas del señor Adriano Román”, explicó Negro Veras.

La lentitud del proceso se debe a tecnicismos legales, a incidentes provocados por la defensa de Román y compartes, como cambios de abogados y alegatos de parcialidad contra los jueces.

“Hay una obstinación del probable actor intelectual del hecho, dándole instrucciones a sus abogados para que retracen el conocimiento del fondo del asunto y abogados que se prestan a ese tipo de acciones”, afirma el abogado Luis Scheker.

En una réplica a la solicitud en declinatoria hecha por Román, se expone en su párrafo 35:

“Ha sido los propios abogados de Adriano Román quien ha intentado en múltiples ocasiones difamar, irrespetar y provocar a jueces, fiscales, abogados y a las victimas, tratando de crear de manera artificiosa un ambiente de conflicto”.

Negro Veras se queja de que se les permita a los acusados incidentar permanentemente el proceso:

“Parece ser que los mecanismos legales están por debajo de las maquinaciones de los delincuentes, y una sociedad no puede estar al merced del crimen organizado, de la delincuencia y el asesinato”.

“Como si aplazar el conocimiento del expediente fuera poco; Román va más allá, y somete ante la Suprema Corte de Justicia (SCJ), el 31 de mayo de 2012, un recurso en declinatoria para incapacitar al equipo jurídico que conoce el caso”, resalta Nuria Piera.

Negro Veras explicó que Román y sus abogados alegan que la jurisdicción penal de Santiago no tiene calidad, y que supuestamente no tiene autoridad ni independencia, y pretenden sacar el caso del escenario natural, y llevarlo a otra jurisdicción, donde significaría comenzar de cero, extendiendo aún más el proceso y el dolor de la familia de la víctima del atentado.

“Eso es un artilugio, una forma de poder justificar lo injustificable. Ellos no han podido mostrar pruebas contundentes de donde los jueces han sido parcializados, de donde han sido violentados sus derechos o que el escenario impide que se ejerza la justicia, no pueden ser elementos sujetivos, impresiones, deben haber pruebas y no las hay”, explica el abogado Luis Scheker.

La familia Veras ha reiterado que no quiere intervenir en la decisión judicial, y que sólo pide que -ya sea a favor o en contra- no se eternice el proceso, porque creen en la veracidad de las pruebas y en la forma en que fueron obtenidas.

“Lo que se busca es burlar el sistema judicial, despreciar las leyes, burlarse de mi familia (se da en el pecho y le salen lágrimas), de mi familia”, precisó Ramón Antonio Veras (Negro), padre de Jordy.

El caso de Guillermo Moncada

“Otro caso que atraviesa la misma burla al sistema es el expediente del propietario de Compu Sistemas, Guillermo Moncada, quien fue asesinado de 10 disparos en noviembre de 2011”, expone Nuria Piera.

“Todo el mundo fue testigo de la muerte que se le dio a Guillermo por la lucha de un parqueo que no ameritaba esa tragedia; ese es otro caso emblemático”, expresa Luis Scheker.

Nuria Piera señala que el autor de la muerte de Moncada, Rafael González Álvarez, no le dio ni siquiera oportunidad de hablar. El incidente se originó cuando el profesor particular de una hija de María Lina Moncada, hermana de la víctima, estacionó su vehículo en el parqueo del padre del homicida. Moncada trató de intermediar en el asunto; pero fue muerto a balazos por González Álvarez.

Para Selma Moncada, hija de Guillermo Moncada, la tragedia ha cambiado totalmente su vida:

“Es muy difícil (se le humedecen los ojos y calla por unos segundos)… Me da pena de que haya sido a él, y más como él era: siempre cuidaba a todo el mundo”.

Aunque el caso fue llevado de inmediato al Ministerio Público y desde allí enviado a la Justicia, los incidentes y recursos interpuestos por la defensa del imputado han retardado el comienzo del juicio.

Una solicitud de declinatoria fue presentada el 25 de mayo, bajo el alegato de que la jueza a cargo, Patricia Padilla, está parcializada. La acusación no ha sido sustentada sobre pruebas, resaltó Nuria Piera.

“La declinatoria ya la habían interpuesto como una recusación. Pero la Cámara de Apelación decidió que esa jueza era imparcial”, explicó Miguel Valerio, abogado de la familia Moncada.

El seguimiento del caso está pautado para el próximo 8 de julio, a los fines de que el alto tribunal se pronuncie sobre esta impugnación.

“ Se han hecho seis audiencias de las cuales cuatro se han reenviado sólo por el imputado, otra por la inhibición de la jueza y otro por un documento que había que notificar”, recordó el abogado Valerio.


“La declinatoria ya la habían interpuesto como una recusación. Pero la Cámara de Apelación decidió que esa jueza era imparcial”

“Ante la obstrucción del proceso, los familiares piden justicia. Incluso, el pasado 14 de junio hicieron una vigilia en el parque La Lira para reclamar que el juicio de fondo inicie, y no quede impune”, indicó Nuria Piera.

“Y estar en el mismo cuarto con el asesino, en una sala de audiencias, nos agota. Cada vez que uno sale, dice. Estamos en el mismo sitio”, expresó Selma Moncada.

Para el abogado Luis Scheker, el problema de los incidentes y retrasos, ocurre porque el Código Procesal Penal tiene el fin de agilizar el proceso y hacer que la justicia sea eficiente, pero tiene una debilidad: es demasiado proteccionista.

“Tiende a salvaguardar los derechos de los inculpados por encima de los de la victima, lo que deja un campo abierto para que hayan recursos que retrasen el proceso…Son de las cosas que deben ser objeto de una revisión del nuevo código. Este código quizás avanzó mucho de un sistema inquisitorial a uno proteccionista”, precisó.

Pero para el abogado de la familia Moncada, Miguel Valerio, no es un problema sólo del código, sino del sistema judicial dominicano.

“Si el juez, como usted dice, no se pone fuerte y sanciona al abogado incidentalista, se hace infinito el proceso. En Estados Unidos, si usted recusa un juez y se le niega la solicitud, el juez puede acusar a ese abogado por obstruir el proceso sin pruebas…En el país no ocurre así, y este recurso se utiliza de manera imprudente por los abogados que emplean una vieja táctica para ganar tiempo”, sostuvo.

Nuria Piera observó que tanto el caso de Jordy Veras como el de Guillermo Moncada lucen que durarán mucho tiempo antes de que se produzca un fallo definitivo.

“Si va para largo, nosotros estaremos en esa parte. Nosotros vamos a estar de frente, ya sea en lo largo o en lo corto”, expresó Jordy Veras.

Por su lado, Selma Moncada, hija de Guillermo Moncada, afirmó: “Lo que queremos es cerrar ese capítulo y seguir adelante”.

Ambas familias sostienen que no pierden las esperanzas, y que darán la batalla hasta el final.

El abogado Luis Scheker llama la atención sobre lo difícil que le resulta a los ciudadanos y ciudadanas de República Dominicana obtener justicia:

“Fíjese… se trata de dos familias con apellidos, que debe haber algo de influencia para que esas cosas no ocurran; imagínate tú aquellas personas que son víctimas de la violencia y no tienen un nombre ni un padrino que pueda sacar la mano por ellos”.

Para Nuria Piera, la valentía y la templanza de las familias Veras y Moncada pueden servir para presionar por un cambio en la la justicia dominicana, a fin de que sea menos permisiva.

“El sistema jurídico debe irse exorcizando de aquellas viejas tácticas que hacen que el dolor y el sufrimiento se eternice en los tribunales”, concluyó Nuria Piera.

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