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El pasado domingo se me abrió una cuenta en el Banco de la Cordura Nacional. Por cada palabra maligna que alguien dirige, a mí se me depositan diez mil pesos, por cada frase para empequeñecerme, me depositan cien mil, por un mensaje vomitivo quinientos mil |
Acento
Este es mi sentir
Antes que nada, mi eterna gratitud a todas las personas que han abrigado con una ola de afecto a esta mortal nada perfecta. Sus expresiones de solidaridad han formado una verde montaña en la que descanso mi cabeza.