Tomado del editorial de Periódico Camino
El bombardeo a diario de tantas noticias impactantes y fuertes nos está llevando a embotar la conciencia, y perder la capacidad de acción frente a los males que nos afectan. Cuidado con tomar esta actitud.
Lo que ha sucedido en Constanza es para que le prestemos atención.
Según estudios realizados por autoridades competentes, en los primeros seis meses de este año se han producido en la zona 33 incendios, de los cuales 19 fueron provocados por manos criminales, ocasionando la quema de más de un millón de árboles ubicados en unas 30 mil tareas.
Lo más lamentable de estos hechos lo describen los sacerdotes que trabajan en la zona cuando afirman: Estos incendios son provocados por personas influyentes de la sociedad con la finalidad de luego pedir la autorización para la siembra o el "aprovechamiento" personal de los árboles destruidos".
¿Hasta dónde llegarán las autoridades observando de manera pasiva, y hasta cómplice los crímenes de esta índole? ¿Cómo es posible que la sed insaciable de poder económico lleve un sector de la población a pisotear el cumplimiento de las leyes ambientales que nos rigen? Estemos claros, aquí, y en cualquier parte del mundo, el crimen sin castigo lleva al desasosiego y al derrumbe de la sociedad.
Recordemos que la agresión a la naturaleza es la expresión más alta de egoísmo, porque cerramos las puertas del futuro a las generaciones que nos sucederán. Aprendamos a respetar y amar a la naturaleza. Ahí está la vida.
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