jueves, 13 de noviembre de 2014

Editorial del Listín Diario: Esa OTTT no sirve para nada


Fuente, http://www.listindiario.com/
Después de mostrar un manejo timorato y ridículo con relación a la rebaja de la tarifa del transporte público, cabe preguntarse para qué sirve la Ofi cina Técnica del Transporte Terrestre.

Porque aparentemente no cumple con sus funciones básicas de ente regulador, ya que el dominio de las rutas del transporte público, las tarifas y todo lo que concierne a ese sistema está en manos de un grupo de empresas que dicen llamarse sindicatos o federaciones.

Estas empresas, por lo visto, tienen más poder que el mismo Gobierno, porque a menudo obligan a este a plegarse a sus reclamos para que les exoneren piezas, para que les subsidien los combustibles y para que las autoridades se hagan de la vista gorda cuando sus vehículos transiten por donde les dé la gana y cuando impongan el cobro de las rutas (por sumas millonarias) sin que el Estado se gane un chele de ese jugoso negocio.

Y si esto se lo hacen al Gobierno, qué no harán con una simple ofi cina técnica que ni siquiera tiene fuerza para obligarles a rebajar los pasajes en momentos en que los precios del galón de los distintos combustibles caen en picada todas las semanas, sin que la diferencia se refl eje a favor de los millones de ciudadanos pobres y de clase media que utilizan los medios de transporte de esas empresas.

El director de la OTTT salió a anunciar el otro día que emitiría una resolución disponiendo las rebajas, tal como lo había acordado la comisión de técnicos de ese organismo, y ese anuncio despertó las esperanzas de los usuarios de que, por fi n, alguna entidad del Gobierno se empantalonaba para no ceder al chantaje de los transportistas.

Pero la felicidad duró lo que dura una cucaracha en el gallinero, porque al día siguiente, como si se arrepintiese de haber cometido un pecado capital, la dirección de la OTTT echó para atras rápidamente el anuncio y comunicó que se reuniría con los empresarios del transporte, llamados adecuadamente “los dueños del país”, a ver qué tipo de concesiones pudieran estos conceder al Gobierno y a la sociedad en materia tarifaria.

Si a la OTTT la tendremos como una simple y frágil mampara en la rectoría del sistema de transporte público, mejor convendría cerrarla por inútil.

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