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“Lo único que me dijeron era que el tenia la gripe que andaba y comenzó a tener problemas respiratorios, le pusieron oxigeno y lo que hizo fue que echó más para atrás”
SANTO DOMINGO, República Dominicana.-Al bajarse de la camioneta pisa el lodo que se acumula frente a la puerta de su vivienda, una casucha hecha a recortes, con paredes interiores de cartón ya desteñido. La joven madre, como si a fuerza de tanto dolor tuviese cauterizada el alma, expresa que ya el lodo no le preocupa, mientras se acerca a una cubeta con agua para lavarse los pies.
Rosa Elba Santana de apenas 19 años, ya ha dado a luz dos veces en su corta vida. La segunda tuvo a dos gemelos, una niña y un niño. Sus bebés gemelos le hicieron pensar en una vida larga y esperanzadora, pero la tragedia del Hospital Infantil Doctor Robert Reid Cabral, tronchó sus sueños.
La joven vestida de manera informal, nos recibe sin reproches ni negaciones y nos invita a pasar a su casa. Un cartón que se utiliza como “mesa” que se coloca sobre un triciclo con el que su madre traslada cosas que prepara y vende entre los vecinos, se encuentra arrojado en el suelo. Mientras conversa, como ausente, lo levanta y lo coloca apoyándolo a la pared.
Se acomoda en una silla de madera, color marrón oscuro, y cuenta como sus bebés gemelos, Darialis Roxanna y Darian Isaac Santana, de un mes y 2 días de nacido, murieron tras presentar ciertos síntomas de congestión y dolor estomacal el pasado viernes 3 y sábado 4 de octubre respectivamente.
“Lo único que me dijeron era que él tenía la gripe que andaba y comenzó a tener problemas respiratorios, le pusieron oxigeno y lo que hizo fue que echó más para atrás”, relata.
Los infantes nacieron a los 7 meses de su madre estar en estado gestación, porque presentó un cuadro de hipertensión arterial o preeclampsia, obligando a los doctores a realizarle una cesárea de emergencia.
“Nada más hicieron ellos presentar ese problema y llevarlos al Robert Reid no volvieron más”
Con una expresión que pareciera reflejar alegría y tristeza al mismo tiempo, dice que los niños permanecieron 15 y 16 días en una incubadora. “Nacieron con problema respiratorio ya que tenían los pulmones poco desarrollados, los terminaron de desarrollar allá y le pusieron medicamentos”.
Aunque no niega que los gemelos llegaron al mundo antes de tiempo y con problemas de salud, asegura que ya se encontraban saludables e iban avanzando satisfactoriamente.
“Mis hijos comían bien, estaba todo bien, porque yo los llevé a su pediatra, y estaba todo súper”, expresa Rosa.
Ella había acudido al pediatra en el Hospital de la Mujer Dominicana, ubicado en la Avenida Bolívar, donde también dio a luz. El médico le dijo que los bebés avanzaban de manera normal y estable en su desarrollo.
“El lunes de la misma semana en que ellos murieron yo los llevé a la pediatra y me dijo que estaban muy bien, que si no habían presentado lo que ellos pensaban iba a presentar en X tiempo que ellos duraron atendiéndolos, no lo iban a presentar”, precisa.
“De ahí no hubo más vida, murieron”
Rosa Elba se pasa la mano por el pelo asegurando que no supo con exactitud de qué murieron sus hijos, tras llevarlos al Hospital Infantil Doctor Robert Reid Cabral.
“Ellos no dieron un diagnostico convencedor. Le hicieron placa, de todo y disque no le hallaron nada…pero, digo yo que como no le hallaron nada, si lo que hicieron fue ir para atrás y murieron”, reclama con una expresión de energía, como conteniendo la rabia y la impotencia.
Explica que fueron trasladados a cuidados intensivos cuando vieron que no había solución.
“El lunes de la misma semana en que ellos murieron yo los lleve a la pediatra y me dijo que estaban muy bien”
“Yo lleve a la niña primero con un dolorcito en el estomago y me dijeron que estaba bien, que le iban a poner un suero para observarla. Al niño mi mamá me lo llevó y al otro día le dio un paro”.
Su madre, la abuela de los niños, agrega que ella le dijo a su hija que los llevara al Robert Reid, confiando en que es el hospital especializado en la niñez y que las atenciones médicas de ese centro todo iba a salir bien.
“Me siento muy decepcionada de la atención que recibimos. En ningún momento nos informaron de la situación real de los niños y desde que le pusieron el oxígeno murieron”, expresa Rosa Esperanza Paulino.
La pobreza
Rosa Esperanza, abuela de los gemelos, apunta que si hubiera tenido dinero habría llevado a sus nietos a una buena clínica y no al hospital a donde asisten los pobres.
Ella y sus hijos pertenecen al sistema subsidiado de salud de la República Dominicana. Indica que quien entra a un hospital sale con otras infecciones más que con la que acudió.
“Los pobres aquí no tienen un buen sistema de salud. Tú entras a este barrio y mientras más te adentras encontrarás casos y casos de negligencia médica y baja calidad del servicio”, afirma con severidad.
Paulino no terminó la escuela primaria, pero manifiesta que quiere que sus hijos se eduquen y que todo lo que hace es para ellos. “Yo le dije a ella que la ayudaré en lo que sea, y que le voy a cuidar a sus hijos para que ella pueda graduarse y echar para adelante”.
Rosa Elba, su hija, asiente con una media sonrisa. Aún cursa el cuarto de bachillerato en educación para adultos, quiere estudiar derecho pero cree que una licenciatura en magisterio es mucho más rápida y efectiva para una persona pobrem, que necesita producir recursos lo más pronto posible.
“Errores de juventud”
Se mira las manos y luego a su madre, Elba Esperanza Paulino, quien está a su lado secundando las declaraciones ofrecidos al equipo de Acento.com.do. Rosa Elba admite con pesar que sus dos embarazos, el primero en plena adolescencia, fueron errores de juventud, y que ahora solo piensa en graduarse.
Ya no podrá tener más hijos, debido a que los médicos la “prepararon” porque supuestamente presentó una infección en el útero.
“Tendré que acostumbrarme a la idea de que mi único hijo será el que tengo ahora y que debo salir adelante por él”, expresa con dolor.
A su alrededor niños y mujeres observan la entrevista. Menores cuidan menores. Dos adolescentes de 17 y 18 años, cargan a sus hijos de menos de 1 año de edad. Es la cruda realidad de la sociedad dominicana, con sus injusticias, educación ineficiente, pobreza, exclusiones y desigualdades de clases y de género.
La calle sin asfaltar es el lugar donde se mueven los jóvenes que como Rosa Elba viven al borde del río Yaguaza, en el sector Guaricano Multi, de Santo Domingo Norte. Sus hijos son de distintos padres, ambos menores de 20 años. Tan joven y tan golpeada por la vida y por la sociedad, Rosa Elba se repite a sí misma que ella puede, que estudiará, que saldrá adelante.
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