
Ella vive ahora en Toronto y dijo que el título ha sido una de las cosas más importantes de su vida. Nacida en Brooklyn con el nombre de pila María Adela Sachs, pasó su infancia en Staten Island y era una de 13 hermanos. Entró a la escuela católica y todavía recuerda los nombres de todos sus compañeros de clases.
Tuvo que salir cuando cursaba el décimo primer grado al morir su madre de parto. “Cuando salí de la escuela, no lo tomé muy en serio, pero fue después que me di cuenta de lo que me había perdido”, dijo la anciana. Pero fue a la escuela nocturna y trabajó como secretaria de una empresa en Manhattan durante 12 años.
Después de casarse en 1940 abandonó la ciudad de Toronto y debió enfrentarse, además de la muerte de su madre a la pérdida de su esposo y un hijo. Se dedicó a viajar por el mundo, lamentando siempre no haber tenido un título.
Mary Haugen, directora asistente de la escuela secundaria dijo que más que una compensación por los días perdidos, el diploma de bachiller otorgado a Arnott, es una muestra del valor con el que enfrentó a la vida, sobreviviendo a fuertes tribulaciones.
Desde el plantel, le enviaron el diploma acompañado por una foto montaje de cómo se hubiera visto la anciana periodista de haberse graduado. “La escuela me lo dio todo y lloré de emoción”, dijo Arnott. Su título ahora cuelga con orgullo junto a los diplomas de miembros de su familia que se han graduado en diferentes universidades.
Su nieta Allison indicó que el diploma significa mucho más para su abuela de lo que ella se imaginaba. “MI abuela sentía que era un hito realmente alcanzado”, añadió. La mujer de 100 años, se mantiene saludable y activa, hace natación dos veces por semana y disfruta de buenos vinos.
El diploma también la hizo recordar los días en los que tenía que abordar el ferry de Staten Island para llegar a la escuela. “Me encantaba eso, tengo muchos y buenos recuerdos”.
Autor: Miguel Cruz Tejada
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