NUEVA YORK._ Otro soldado fue abatido el viernes en la guerra de Irak, el militar fue identificado como José Enrique Concepción Ulloa de 23 años de edad y oriundo de Jima Arriba, provincia de La Vega al Norte de la República Dominicana. El soldado pereció cuando el vehículo de guerra en el que desempeñaba una misión junto a dos compañeros de brigada hizo contacto con una bomba.
Sus compañeros sobrevivieron a la explosión y están internos en condición crítica en un hospital de la base militar de Estados Unidos en Alemania.
Ulloa emigró a los tres años de edad a Nueva York y desde pequeño inclinó vocación por la milicia. Su padre José Concepción Ulloa que se encuentra en La Vega y su madre que falleció hace dos meses y sus hermanas siempre se opusieron a que se enrolara en el ejército, pero el soldado insistía en que esa era la carrera que le gustaba.
Francisca Mármol Ulloa, una de sus hermanas entrevistada por este reportero telefónicamente deploró la muerte de José y criticó al gobierno de Estados Unidos por mantener la guerra en Irak. “Esta es una guerra sin sentido que nos ha quitado mucho más de lo que nos está dando”, señaló la acongojada mujer dominicana desde su apartamento en el Alto Manhattan.
La familia reside en el 227 de la avenida Audubon y la calle 177. El soldado abatido tenía 3 años y 5 meses de haber ingresado a la milicia y en la guerra levaba un año. La información le fue dada a su esposa Nieves Ulloa que vivía junto él en Alemania y ésta se comunicó con Francisca.
Tres oficiales del Departamento de Defensa llegaron el sábado temprano a la casa de los Ulloa para confirmar la muerte a la hermana.
El soldado dejó en la orfandad un hijo de apenas seis meses de nacido. “Todos nos entregamos a él e insistíamos cada día para que abandonara las filas del ejército, pero nunca quiso, esa era su verdadera vocación”, recordó Francisca.
La otra hermana del caído es Eneria Ulloa.
Informó que hasta el momento la familia cuando será traído el cadáver a Nueva York para ser recibido como un héroe y rendirle los homenajes militares acostumbrados y sostuvo que se preparan para los dolorosos eventos de despedida.
El soldado había dejado un testamente en el que autorizaba a su hermana Francisca a encargarse de todo lo relacionado a él si moría en la guerra.
EL CONCILIO
Por su parte el Concilio de Familiares y Amigos de Militares en Guerra USA deploró en un comunicado esta tarde la muerte del soldado dominicano y calificó nuevamente de injustificada la guerra en Irak.
Miguel López Rodríguez, secretario ejecutivo de la entidad señaló que la pérdida de Ulloa se suma a las de varios otros soldados dominicanos e hispanos que diariamente son sacrificados en el frente de batalla.
La señora María Disla (madre del soldado Juan Alcántara) y presidenta del concilio visitó la mañana de este lunes la residencia de los Ulloa para expresar sus condolencias y poner la experiencia de la institución al servicio de los deudos.
Una comisión del concilio será integrada esta noche para trabajar en el recibimiento y actos fúnebres del soldado criollo.
La entidad instruyó a los miembros del concilio en la República Dominicana y que son parientes de los 300 soldados enviados a Irak durante el gobierno de Hipólito Mejía a ponerse a las órdenes de la familia de Ulloa en La Vega y asistirlos en todo lo necesario.
fuente, el nuevo diario
Sus compañeros sobrevivieron a la explosión y están internos en condición crítica en un hospital de la base militar de Estados Unidos en Alemania.
Ulloa emigró a los tres años de edad a Nueva York y desde pequeño inclinó vocación por la milicia. Su padre José Concepción Ulloa que se encuentra en La Vega y su madre que falleció hace dos meses y sus hermanas siempre se opusieron a que se enrolara en el ejército, pero el soldado insistía en que esa era la carrera que le gustaba.
Francisca Mármol Ulloa, una de sus hermanas entrevistada por este reportero telefónicamente deploró la muerte de José y criticó al gobierno de Estados Unidos por mantener la guerra en Irak. “Esta es una guerra sin sentido que nos ha quitado mucho más de lo que nos está dando”, señaló la acongojada mujer dominicana desde su apartamento en el Alto Manhattan.
La familia reside en el 227 de la avenida Audubon y la calle 177. El soldado abatido tenía 3 años y 5 meses de haber ingresado a la milicia y en la guerra levaba un año. La información le fue dada a su esposa Nieves Ulloa que vivía junto él en Alemania y ésta se comunicó con Francisca.
Tres oficiales del Departamento de Defensa llegaron el sábado temprano a la casa de los Ulloa para confirmar la muerte a la hermana.
El soldado dejó en la orfandad un hijo de apenas seis meses de nacido. “Todos nos entregamos a él e insistíamos cada día para que abandonara las filas del ejército, pero nunca quiso, esa era su verdadera vocación”, recordó Francisca.
La otra hermana del caído es Eneria Ulloa.
Informó que hasta el momento la familia cuando será traído el cadáver a Nueva York para ser recibido como un héroe y rendirle los homenajes militares acostumbrados y sostuvo que se preparan para los dolorosos eventos de despedida.
El soldado había dejado un testamente en el que autorizaba a su hermana Francisca a encargarse de todo lo relacionado a él si moría en la guerra.
EL CONCILIO
Por su parte el Concilio de Familiares y Amigos de Militares en Guerra USA deploró en un comunicado esta tarde la muerte del soldado dominicano y calificó nuevamente de injustificada la guerra en Irak.
Miguel López Rodríguez, secretario ejecutivo de la entidad señaló que la pérdida de Ulloa se suma a las de varios otros soldados dominicanos e hispanos que diariamente son sacrificados en el frente de batalla.
La señora María Disla (madre del soldado Juan Alcántara) y presidenta del concilio visitó la mañana de este lunes la residencia de los Ulloa para expresar sus condolencias y poner la experiencia de la institución al servicio de los deudos.
Una comisión del concilio será integrada esta noche para trabajar en el recibimiento y actos fúnebres del soldado criollo.
La entidad instruyó a los miembros del concilio en la República Dominicana y que son parientes de los 300 soldados enviados a Irak durante el gobierno de Hipólito Mejía a ponerse a las órdenes de la familia de Ulloa en La Vega y asistirlos en todo lo necesario.
fuente, el nuevo diario
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